Reutilio Hurtado: “Siento como si me hubiesen dado un golpe de Estado”



Reutilio se estrenó como manager en la edición 56 de la Serie Nacional de Béisbol. Foto:zonadestrike.wordpress.com

Recuerdo que era una tarde de martes, el reloj estaba cerca de las 6:00 p.m. y yo iba rumbo a casa, cuando de repente apareció delante de mí Reutilio Hurtado Pimentel en su motocicleta de color rojo.

Lo primero que le dije fue: “mi hermano, si la mística en realidad existe, creo que te traje con el pensamiento”.
Resulta que -30 minutos antes- unos lectores de Tiempo Extra me habían preguntado si yo sabía qué había pasado con Reutilio, luego del cambio “relámpago” que ocurrió en la dirección de las Avispas santiagueras para la 57 Serie Nacional de Béisbol.
-Por tu cara, creo que imaginas por qué quería encontrarte. Le comenté. Y fui directo al grano: ¿Cuándo me das una entrevista?
El “52” respondió sin titubeos: “Siempre estoy dispuesto a atender a la prensa. Eso sí, con la verdad, ante todo”.
Las últimas semanas no han sido nada placenteras para el otrora jardinero central de la legendaria Aplanadora santiaguera, quien aún no ha digerido del todo la “amarga” noticia que recibió el pasado miércoles 19 de abril.
“Fue un impacto muy duro. Llevaba más de dos semanas en los entrenamientos junto a mi cuerpo técnico, con una planificación bien estructurada y novedosa para atacar las debilidades que tuvo el equipo en la 56 Serie”, confesó el expelotero.

-¿En tu mente siempre estuvo que eras el manager de “Santiago” para la próxima temporada?
-Por supuesto. Yo era el manager sin duda alguna. De hecho, mis entrenadores y yo comenzamos a preparar la Serie desde noviembre, un mes después de que el equipo quedara eliminado. Incluso, había solicitado el asesoramiento del profesor Ernesto Gaínza, que es un experto en el método de la simplificación táctica. Y también había coordinado con el profesor Frángel Reynaldo, que es el promotor principal de este sistema, el cual les ha dado resultados importantes a otros equipos en el país.

-¿Cómo te enteraste de que ya no seguirías al frente del equipo?
-Estaba entrenando con los 40 atletas que había preseleccionado y me citaron a la oficina de la directora provincial del Inder. En ese momento pensé que se trataba de alguna reunión organizativa, pero cuando llegué me informaron que ya no seguiría al frente del equipo. Pregunté cuál era la causa y quién me sustituiría, y me respondieron que era por petición del pueblo, algo con lo que no estoy de acuerdo.
También me informaron que había tres propuestas, pero no era cierto, la decisión estaba tomada, el manager iba a ser Orestes Kindelán.
Al otro día se le informó al equipo y al resto del cuerpo técnico. Tengo que decir que varios entrenadores se mostraron solidarios conmigo y solicitaron su baja automáticamente, por la forma en que se me trató.
Me queda la sensación de que todo vino a raíz de un problema personal que hubo entre Kindelán y yo, por causa de un señalamiento que le hice a su hijo (Lionard) en un partido ante Matanzas. Pero lo peor es que la Comisión Provincial lo apoyó a él y fue arbitraria conmigo. Ahora mismo siento como si me hubiesen dado un golpe de Estado. Si la intención era sustituirme, podrían haberlo hecho desde que se terminó la campaña anterior y no debieron haberme permitido comenzar a preparar la próxima.

-Me dices que tienes la seguridad de que todo viene de un problema personal entre Kindelán y tú. ¿No crees que tu método de dirección haya molestado?
-No lo creo. Una de mis primeras peticiones cuando acepté el cargo fue la de comenzar una renovación gradual del equipo y así lo expuse en varias reuniones con la Comisión Provincial, la Dirección del Inder, el Gobierno y el Partido, y todos estuvieron de acuerdo en que lo hiciera paulatinamente.
Comenzamos con los deportistas indisciplinados, los que menos se entregaban en el terreno (tanto en los juegos como en los entrenamientos) y los que reincidían en temas extradeportivos dentro del grupo, que a la postre generan un clima adverso en el elenco y afecta los resultados.
Precisamente, esto último es algo ocurre desde hace años en las Avispas. No olvides que yo he transitado por varias generaciones en esta novena y conozco bien cómo funcionan las cosas allí. De hecho, fueron acciones como esas las que me llevaron a no querer jugar más pelota, al menos no con Santiago de Cuba.

-¿Si te sentías así, entonces por qué asumiste el mando del panal?
-Nunca pensé dirigir el equipo, pero la negativa de los entrenadores que estaban en la lista de posibles directores terminó por abrirme las puertas al banquillo. Luego de consultarlo bien con mi familia, acepté, siempre con el objetivo de erradicar estos males. Ese fue uno de los motivos que me impulsaron a tomar las riendas, ya que pensé: “si conozco las raíces del problema, las puedo eliminar y ayudar a que ‘Santiago’ salga de ese bache en el que está metido con su equipo de mayores”.
A mí me duele ver a las Avispas en la situación que están actualmente, por eso di el paso al frente, cuando nadie más lo hizo, porque todos sabían que el equipo tenía problemas de disciplina y que así sería muy difícil alcanzar un resultado positivo. Yo quería, como siempre lo he hecho, ayudar a la pelota santiaguera.

"Si hay algo que no soporto es la mentira", aseguró Reutilio Hurtado. Foto:Jorge R. Matos


-¿Sentiste en algún momento que no tenías apoyo en tu gestión como director?
-Durante los primeros días la atención a mi nuevo proyecto fue inmejorable, en todos los sentidos. Empezamos bien la Serie y enseguida comenzamos a perder el paso victorioso todo se torció. El apoyo desapareció, y aunque parezca increíble, la primera que me dio la espalda fue la Comisión Provincial.
En ese momento comenzaron los comentarios de pasillo y de oficina, como les llamo yo, pero lo peor es que fueron promovidos por personas que nunca han pisado un terreno de béisbol, que siempre han estado ligados a la pelota desde un buró, que ni siquiera les gusta soportar el sol que hay a la hora de los partidos.
Cuando más ayuda necesitábamos lo único que llegaban eran críticas. En mi opinión, muchas eran injustas, porque si tú haces bien tu trabajo como entrenador y los jugadores no se esfuerzan es imposible que haya un resultado positivo, y eso no siempre es culpa del manager.
Yo logré detectar los atletas que estaban afectando, con su actitud, el funcionamiento del equipo. Los llamé y conversé con ellos. Siempre he sido una persona de hablar claro y de frente con todos, porque así me gusta que sean conmigo. Yo no camino con la mentira.
Sin embargo, el mayor grado de tensión llegó luego de que mi equipo técnico y yo chequeamos la Serie Provincial, y evaluamos rigurosamente quienes merecían estar en la preselección para la 57 Serie. Ahí se desplomó todo, principalmente, porque muchos de los directivos de la Comisión Provincial no mantuvieron su palabra conmigo y mi proyecto.
Si me das luz verde para renovar el equipo y hacer una plantilla que yo considero que es la idónea, cómo después me vas a retirar tu apoyo y, lo peor, te muestres en desacuerdo con algo que ya habíamos hablado y lo habías aceptado. Lo peor es que nunca fueron claros y directos conmigo.

-Y después de que tomaran la decisión de sustituirte, cómo te sentiste
-Mal, terrible. En ese instante llegué –incluso- a solicitar la baja del Inder. Pero esto no terminó ahí. Holguín me abrió las puertas para jugar con ellos y ya tenía la carta de liberación de “Santiago” y todos los documentos requeridos para cambiar de equipo, pero las máximas autoridades de la provincia hablaron conmigo y me pidieron que no lo hiciera, que se vería muy feo que jugara en contra de las Avispas.
Acepté quedarme, más que todo, por el respeto y la admiración que le tengo al primer secretario, Lázaro Expósito, y a la presidenta del Gobierno, Beatriz Johnson, quienes siempre me ha demostrado honestidad.
Sin embargo, a todos le dejé bien clara mi postura: mientras se mantenga la actual dirección de la Comisión Provincial en Santiago de Cuba, no regreso a nada que tenga que ver con la pelota en esta provincia.

-¿Sientes algún resentimiento hacia alguien en específico?
-No. Yo le deseo lo mejor a los atletas y al equipo. Parte de mi corazón lo he dejado por esa camiseta. Lo que recrimino es el método que se utilizó conmigo y el celo profesional que se vive actualmente en el “Guillermón Moncada”. El problema es que todos quieren vivir del béisbol y pocos trabajan con real esmero. Están más pendientes a lo material que a los resultados.
  
-¿Y ahora qué planes tienes? 
-Tengo algunas propuestas por parte de la Dirección Nacional de Deportes. En estos días entregaré mis papeles para una posible colaboración en el extranjero y también me han mencionado la posibilidad de trabajar con la selección cubana de béisbol femenino. Aún no hay nada oficial. Estoy a la espera.

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